Quiero dedicarle esta reseña, a mi médico oncóloga la Dra. Patricia Pimentel Álvarez. Luego de mi exitosa operación al colon por el Dr. Martín Colca Ccahuana, dentro de ese laberinto que se creó en nuestro interior a causa del tumor maligno extraído, nuevamente apareció el otro Martín, mi amigo el Dr. Mondragón para recomendarme a Patty, porque así la trato hoy y justo cuando el 4 de Marzo, he cumplído dos años de haber sido intervenido en el Hospital Sabogal del Callao. ¡Gracias Martín de Porres!.
Retrocedamos a la primera cita. Acompañado de Antonieta, mi esposa, nos tocó luego de gran espera, conocer a esta dama de la medicina. Por ignorancia o no se qué, no me imaginaba que aquel pedazo de colon extraído fuera cancer. Me ha acompañado siempre en mi vida, mi cuota de buen humor pero, ahora la cosa era distinta. Llegábamos a esta primera cita con Patty, luego de tres meses de recuperación. Jamás me imaginé la cruda realidad de mi enfermedad. Hasta que llegué al consultorio.
Pequeña de estatura, finita y muy femenina, nos recibió con una alegría natural y tuve la sensación de ingresar a una fiesta. Unos momentos antes, una generosa dama me había impuesto la mano durante la espera y aseguraba que Cristo, me había sanado. Bromeando sobre el particular le dije a Patty que de pronto ya no era necesario el tratamiento. Me respondió: si lo crees y tienes fe, ¿por qué no?. Empezó a ojear mi historia y me felicitó, por cuanto no había metástasis. ¡Metástasis!... ¿Cómo dice Doctora?.
¡Yo sólo tengo un tumor maligno! y, sin darme tiempo a reaccionar, agregó: José Carlos, tu tienes cancer. ¿cancer?. repliqué. Quedé mudo, anonadado y Antonieta empezó a llorar. Con esa experiencia de médico tratante a cientos de pacientes, agregó: tienes una suerte envidiable; los ganglios están limpios y de acuerdo a tus exámenes y diagnóstico, existen muchas probabilidades de seguir disfrutando de tu vida. Lo único que harás de ahora en adelante, es seguir rígidamente el tratamiento.
Nos despidió con la receta de Farmacia y gracias a Dios, existían las cápsulas. Encomendándome a las almas benditas de mis viejos y mi suegra querida, empecé el tratamiento y en cuanto terminó la primera fase, retorné al consultorio y así, entre problemas propios de cada hospital, cumplí fielmente todo. Los meses pasaron raudos y luego de otros minuciosos exámenes, Patty, con su optimismo de siempre, me dio nueva cita y así, sucesivamente, han transcurrido estos dos años a su cuidado.
Ya lo ven. Esa confianza en mi doctora, me ha permitido ingresar a realizar estos blogs. Mi hija Zoila me obsequió su computadora y si estoy enfermo de algo, es de esta bendita adicción a escribir y reseñar con una gran receptividad de los navegantes cibernéticos. Un consejo: ría cuanto más pueda. No haga bilis por nada y ame a todos. No odie e imíteme. Me lo va a agradecer, como igualmente le digo a Dios: ¡CRACIAS SEÑOR, POR HABERME PUESTO EN MANOS DE LA DRA. PATRICIA PIMENTEL ÁLVAREZ!.
Hola Josè Carlos:
ResponderEliminarHoy mi padre tuvo cita con la Dra. Pimentel y realmente quedò màs tranquilo...èl lo tiene en la próstata...espero que le vaya tan bien como a usted.
Estimada Pilar:
ResponderEliminarMe tocó la última cita con Patty el 4 de Diciembre, el recordado día del cumpleaños de mi madre. Vio mis últimos exámenes y me felicitó por no encontrar vestigio alguno del mal pero me advirtió que el cancer es muy traicionero. No tengo cita hasta Marzo de 2011.
Creo que parte de la cura está en uno mismo. No hay que doblegarse y animarse constantemente. Mi doctora es un amor y cuando vayas acompañando a tu padre, háblale de mi y de esta reseña. Ahora es mi amiga y la quiero de verdad. Suerte y hay que estar siempre al lado de Dios. Feliz Navidad y que el otro año que viene sea mucho mejor. Los enfermos solamente necesitamos comprensión. Saludos al papá.