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martes, 27 de marzo de 2012

LOS CINES DE MI BARRIO FUERON: "EL SURQUILLO", "MIRAFLORES", "LEONCIO PRADO", "EL PRIMAVERA" Y "EL MAXIMIL".

"El Capitán Maravilla".
Mi gran amigo y buen comunicador Hernán Caycho, promoción 58 del "Ricardo Palma", suele ilustrarnos con diversos escritos sobre nuestro barrio. Por ejemplo, un sazonado recuerdo de los "Bares de Surquillo" en una narración del condiscípulo Eloy Jaúregui y en donde realza al "Tobara". Los viejos sabemos de qué se trata. No tengo gratos recuerdos de esa cantina, porque allí perdí una guitarra y estuve a punto de quedarme sin lo que ha sido mi compañero musical: el acordeón. Fue la única vez que asistimos a ese lugar, luego de retornar de la "rica Vicky" con la patota de San Diego y en el "carromato de Alejandro Rosas "Pichulita". A lo que nos ha inspirado este relato es a recordar los cines que marcaron nuestros primeros años de vida. En primer lugar y en esa inolvidable calle Huascar, el cine "Surquillo" y la serial "El Capitán Maravilla con Tom Tyler.

El inolvidable "Flash Gordon"

La época de las seriales y las famosas  "coboyadas" con Robert Livinstong, Bob Stelle, Duncan Reynaldo como "Los Tres Valientes". John Wayne y otros recordados actores que personificaron a nuestros héroes. Llegamos a ver a "Tom Mix", "Cleade Beaty", "Nyoka", "El Fantasma", "Contra la Quinta Columna", "El Imperio Submarino", "Flash Gordon", "Maldición Árabe", "Tarzán" y otros títulos más. ¡Cómo retornábamos cada semana para ver de que manera se salvaba nuestro héroe! Allí quedó nuestra añorada niñez y que retorna hoy con estas imágenes inolvidables. 

Un primer "Superman".

Hoy que asistimos a las modernas salas de estrenos cinematográficos con todo el adelanto del sistema, nos parece increíble que hubiera existido el cine "Surquillo". Esa platea construida con piso de madera y que a la hora de las emociones del "Capitán América", retumbaba con tanto zapateo y nos daba la impresión de venirse abajo. Crugía por todos lados. Estaba situada en la parte posterior y alta y servía para que los palomillas hiciéramos "sombritas" con la luz del proyector, generalmente malcriadeces, y que se lucían a plena pantalla. Nuestro padre nos daba propina para concurrir a ese sitio, pero la "mancha" era cazuelera y teníamos que estar con ella. No recuerdo el nombre del actor que hizo de "Superman" y que "volaba" pero en escenas de dibujos animados. No convenció a la chiquillada de aquellos tiempos y nos enteramos después que falleció víctima del alcoholismo. Su problema fue no poder desligarse de aquel super personaje.

"El Llanero Solitario".
Volvamos a nuestro cine "Surquillo". Los aromas que fluían de ese encierro oscuro, no eran de los mejores. Recuerdo que concurríamos muy temprano y nos situábamos en la parte delantera, cerquita a la pantalla, para oír los discos de ese entonces con "Los Panchos" y su "Rayito de Luna". Los tardones tenían que conformarse en las bancas de la parte posterior y recibir toda la andanada de envolturas y cáscaras de frutas que te arrojaban desde la platea.  Otro problema en aquel lugar y bajo ese techo peligroso, la lluvia que se filtraba por culpa de los pequeñitos y que sus padres no los llevaban al sitio indicado para no perderse la trama de la serial. Esas aventuras del "Llanero Solitario" y el indio "Ponto" no tenían precio. Con su caballo "Silver" y su grito famoso cada vez que emprendía una aventura. Personaje que hemos vuelto a ver en cintas y a colores modernos.

M. Antonieta Pons
El otro cine de los surquillanos fue el "Miraflores" y daba frente a los que ahora es el zanjón en la avenida  Recavarren,  frente al Teatro Marsano. Aquí se daba el famoso "Cine Femenino" y los "varietés". Películas mexicanas y argentinas generalmente prohibidas para menores. Hoy las vemos en la televisión y no tienen nada de lo que el cine moderno ofrece actualmente con crudeza. Había que ingresar a la cazuela cuando se apagaban las luces. Mi madre y hermana estaban en platea, en la parte alta y posterior, y nos podrían descubrir. El castigo era bravo. Papá Teniente Serván, el encargado de aplicarlo. ¡Cómo nos gustaba María Antonieta Pons! Era un tremendo pecado verla. Creo que nos vimos todas sus películas al margen de las famosas de los Soler, Pardavé, Negrete, Infante y otros más. Este cine también traía espectáculos de artistas como "Los Embajadores Criollos" que llenaban el local. Los artistas de la radio tenían ocasión de lucirse y el público iba ávido por conocerlos en persona.

"El Gordo y el Flaco".

No existían las "palomitas de maiz". Tu "maní tostao" con cáscara y todo o tu "papita rellena" de los Castrillón a 10 centavos cada una y su salsita. ¡Cómo me gustaba la "manicera"! Tiempos imborrables de esos cines de barrio y que se incrementarían más tarde con el "Leoncio Prado" en Dante y el "Primavera" y el "Maximil" por Angamos. Nada nos hará olvidar sus películas y espectáculos. Allí aprendimos a ser artistas y algo más. Épocas de Stan Laurel y Oliver Hardy "El Gordo y el Flaco". "Abot y Costello" y los famosos Gary Cooper, Burt Lancaster, Victor Mature y nos cansamos de nombrarlos. Nuestros Cines de Barrio siempre en el recuerdo. Hasta la próxima. Gracias.