Powered By Blogger

domingo, 14 de febrero de 2010

"MI AMIGO CARLOS MORÁN EURIBE". UN VIAJE INOLVIDABLE A LURÍN Y RECUERDOS DE ASPITIA.

Zoila, Raúl, Juanita, Gaby mi esposa, Carlos
Morán y un servidor en busca de fósiles. Es
hermoso el panorama.
Esta es la cita con mis amigos y, luego de haber disfrutado de un excelente "Día de la Amistad", tengo que referirme a Carlos Morán Euribe. Nos unen muchos años de relación familiar. Otros tantos en el orden institucional y laboral y, desde que nos lanzamos a navegar en el oceano cibernético, un capitán de barco que utiliza muy bien su brújula y mantiene al día su bitácora. En tierra, es igualmente eficaz y, gracias a su generosa voluntad y automóvil, estuvimos hoy con mi familia en Mala y Lurín, al sur de Lima. La localidad de Aspitia nos dio oportunidad de captar hermosos recuerdos gráficos. Llegamos allí Antonieta, Juanita, Zoila Gabriela y Raúl Castro, su esposo. Es la reseña de un maravillosos paseo fuera de Lima.

Zoilita preparando su equipo
fotográfico.
Cuando me hice esposo de la abuela de mis nietos, tuve el gusto de conocer a Doña Teodolinda Euribe y Don Carlos Morán, padres de mi amigo. Allá, en la Unidad Vecinal Nro. 3, la relación era cercana. El block 57 de Zoila y Moisés, mis suegros, colindaba con el de los Morán Euribe y era una suerte saludar a esta familia en la que hallé, como surquillano, una calurosa bienvenida. Rápidamente me integré a Teresa, Pina, Carlos, Emilia, Nancho e Isabel, sus hijos. Después llegarían los matrimonios y fue Teresa con Carlos Elías, la primera. Después Carlitos se unió a Rosita Sánchez y de allí nacieron Ítala y Carlos II ("crispín").

Raúl Castro, Juanita, Gaby Rossi y
yo en pose para el recuerdo impresa
por Carlos Morán Euribe.
Nada ha empañado nuestra unión de amistad. Hoy peinamos canas y estrenamos surcos cada día. Están siempre letentes nuestros padres y suegros queridos que, con sus buenos ejemplos de conducta, aquellos que sembraron en nosotros, hoy nos permiten mantenernos unidos. Estuvimos muy temprano en Mala y todo fue ¡bueno!. Un desayuno porcino de primera, entre panes encamotados en el "Día de los Enamorados". Luego, en dos automóviles, enrumbamos hacia un "mirador", que nos permitíó contemplar su viva y bella Naturaleza. Ese es Aspitia, nombre que no olvidaré jamás por sus hermosos paisajes.

La tarde y el Sol, nos hizo refugiar en Lurín. En su siempre cálida Plaza de Armas, celebrando esta fiesta de amistad y amor, buscamos la sombra de un árbol frondoso y degustamos la buena sazón de su cocina en medio de música criolla, a cargo de un excelente conjunto. Antonieta, mi esposa, y Juanita, mi hija mayor, se encargaron de desaparecer una sabrosa "pachamanca". Zoilita y Raúl, jugaron al "arrocito con pollo" y nos contagiaron su buen gusto. ¡Qué bién se come en Lurín! Además sus calles y sus habitantes son acogedores. En su mercadillo encontramos de todo y fue un placer rozar con sus típicos habitantes y "buena gente".

Todo el grupo preparándose
para el almuerzo campestre.
Dos prismáticos nos acercaron a sus cerros y pudimos contemplar al "león dormido". Todo lo demás estaba despierto. El río dejaba ver sus camarones y el éxtasis de nuestra pequeñez física, era un "zoom" de grandeza espiritual. Valió la pena cambiar de hábito hogareño y usar vestimenta de turista en el sur de nuestra Lima. ¡Aplausos para los pilotos!. Raúl Castro, no el hermano de Fidel, tuvo de copiloto a Zoilita y mi amigo Carlos Morán, me encargó lo surtiera de "sus aguas sin dulce" en el camino. No dejamos de conversar  y entre risas y ocurrencias del momento, hubo un momento que nos perdimos. Llegó el reencuentro y todo normal.

Carlos Morán, Juanita y yo con binoculares y
Gaby, Zoila y Raúl, disfrutan del buen Sol y
aspiran el aire de Aspitia.
El retorno fue temprano. Evitando el acumulamiento de vehículos, volvimos a las pistas y a sus hambrientas "casetas de peaje". Obligatóriamente las alimentamos y en pequeña caravana, ocho ruedas alineadas se confundieron en obedientes transportadoras de estos paseantes. ¡Gracias Carlitos Morán!. Extrañaste a tu Rosita y debiste conformarte con este copiloto. Tengo mucha suerte de contar con amigos como tú. Inmerecida bondad del Creador, para este viajero cibernético que le gusta escribir. No he logrado narrar lo que gozamos, pero, de lo que estamos seguros, es que volveremos a algún otro lugar con el favor de Dios y la pericia al volante de Carlos Morán Euribe, un amigo de verdad. Gracias.


2 comentarios:

  1. GRACIAS TOCAYO, POR MENCIONAR A MIS PADRES, EN REALIDAD SOMOS COMO TU Y TUS HERMANOS, FRUTOS DE UNA CORRECTA EDUCACION BASADA EN EL RESPETO, HONRADEZ Y LEALTAD.
    SOMOS PRACTICAMENTE LA CONTINUACION DE ELLOS, DONDE EL APRECIO, LA COLABORACION, LA BONDAD Y LA VERDADERA AMISTAD LA RESPIRAMOS SIN NINGUN TIPO DE CONTAMINACION.
    LOS AÑOS QUE NOS CONOCEMOS, SON TESTIMONIO QUE JUSTIFICAN NUESTRA SOLIDA AMISTAD QUE SIGUE Y SEGUIRA SIEMPRE.
    ME SIENTO ORGULLOSO DE SER TU AMIGO Y SENTIR EL SINCERO CALOR DE ANTONIETA Y TUS HIJOS, CUANDO LES CAIGO DE VISITA.
    UN FUERTE ABRAZO MAESTRO

    CARLOS JOSE

    ResponderEliminar
  2. Por algo somos Carlos. Quién no quiere al "Che" Carlitos Gardel?. Gracias por tus expresiones y estamos haciendo cola para la próxima aventura. Desde ahora, ¡Feliz 28 de Julio!.

    ResponderEliminar