¡Mi colegio el Ricardo Palma! Pronto otra realidad. ¡Feliz Navidad y 2012! |
En Surquillo nací, crecí y viví los años más hermosos de mi juventud. Esos primeros años en Leoncio Prado, donde vi el mundo por vez primera. Aquellos en la calle Carmen, esa casita que hasta ahora existe y en la que pasamos el terremoto de 1940, con todas las angustias de mi madre querida por protegernos. Y la calle San Diego 566, donde terminamos de crecer y de la que salimos a estudiar al Colegio Primavera, el famoso 401 del "carioco" Ángel Fernández Dávila. También recuerdo al "chato" Zegarra y nuestros primeros años de primaria en la calle San Agustín y mi maestra Mercedes Filomeno. Me acuerdo de todo. A San Diego retorno siempre para visitar a mis hermanos.
Y de esos primeros años esolares, nombraré al "gordo" Bolaños, al "loco" Chávarri, a los hermanos Ciccia, a Cuellar, Sánchez Montellanos y al "negro" Soto. Todos educados con el tierno calor humano de nuestra cara señorita Filomeno. También evoco a las profesoras Ibáñez y Gamio y, lo digo muy consciente, a la odiosa señorita Boiset. Antes, en el primer año que no pude seguir y en el "401", a la profesora Velarde y a mi amigo poeta Naranjo García, los Velasco, Balarezo, Basso, Salcedo y otros. Ya en el 4to. de primaria: la Sra. Pareja de Gil, y los años siguientes con el "chino" Jiménez y el famoso e inolvidable "Peta", Moisés Neyra.
¡Cómo olvidar a Juán! Aquel del restaurante "Cena" de González Prada. El de los "perro muertos" y que volví a ver en mi adultez y me reconoció. Tampoco dejo de añorar mis cines de barrio: el "Surquillo", con sus "seriales y cowoyadas". Allí, a sólo 10 centavos, consumíamos las "papitas rellenas" de Castrillón o el paquete de "maní tostao" que vendía la "riquísima Adelita". ¿Qué habrá sido de todos ellos? El "Peneca", "El Tony", el "Billiquen" o el "Intérvalo", así lo pronunciábamos. Es toda una historia inolvidable con mis amigos Rufino, Raúl, "Pichicuy", Pasión, Roque, "el Cholo", "Chimbo", "Figurita", "Gualo", "Pucha" y otros más.
Ya crecidos alternábamos con Don Mauricio Carreño, "el Tata" y su lindísima familia. De allí evoco a mi querido amigo Garlitos Gamarra y su primo Lucho. También recuerdo a los Núñez, a los Garagay, a los Chamorro, a los Montalvo, a los Del Pino, a los Goya Villavicencio: Carlos, Juán, Raúl e Hilda. A los Tapia y especialmente a mi hermanón Eugenio y su familia. ¡Cuántas jaranas, por Dios! Una vivencia a todo dar con nuestro espíritu de amistad siempre a la vanguardia. Es que supimos vivir, sanamente y sin conflictos que, si los hubo, se superaron y muy bien. ¿La redonda? Hoy es el parque Ricardo Palma.
Lo del Colegio Nacional "Ricardo Palma", que se inició como Gran Unidad Escolar "Tomás Marsano" y que fuimos los que inauguramos sus reluciente aulas, tiene una connotación especial en nuestros recuerdos. Allí nos graduamos, antes de tiempo como locutor, gracias al querido profesor Salustio Maldonado Robles. No necesitamos ingresar a ninguna Universidad para lograr un título. Nuestra vocación se vio favorecida en este querido colegio. También salimos "músicos" con los sabios consejos del profesor Pietro Bruno y sus clases de piano sin tener instrumento. ¡Cuánto le debo al "Ricardo Palma" de mi querido Surquillo!
Hoy, pasados tantos años, conservo amigos como el Dr. Julio Ardiles Osorio, Antonio Chávarri Chavarría , Pedrito Ramírez y Justo Linares de la promoción 54. Nos hemos integrado con la "promo 58", la de Hernán Caycho, César Carmelino y Alfredo Filomeno, entre otros grandes amigos. Carlitos Larriviere de la 68 y, haber vuelto a tener contacto con Ernesto Ráez Mendiola, amigo actor de la juventud radial y teatral. Nombro a Víctor Rabanal Cárdenas, el primer Director, para rendirle homenaje a mis maestros. ¡Una Feliz Navidad y 2012 a mi querido Surquillo, a su Alcalde José Luis Huamaní y a todos los nombrados! Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario