El grupo de nuestra juventud: "Pichicuy", Ze- gama, Zúñiga, "Pucha" y Bravo. En cuclillas: yo, ENRIQUE DEL PINO y Rufino. |
Familia numerosa y que llegaba a nueve. Leonor, la mayor y muy reservada y la apreciábamos guapa. Lucho, el mayor de los varones, aficionado al box y también de buen carácter y que cuando aprendimos a escribir con la tradicinal máquina, nos encargaba le hiciéramos los presupuestos y recibos para sus trabajos de pintor. Seguía Hermelinda, delgadita y muy parecida a su mamá. ¡Buena gente! Estamos evocando a los mayores de los Del Pino Sánchez. Llega el turno para Carlos, el más cordial con los muchachos del barrio.
Seguimos el recorrido y nos encontramos con Norma, de lindos ojos y delicadas facciones. A continuación, Rosa, muy amable y ya perteneciente a nuestras edades. Se casó con el amigo Cuya y tuvieron una linda bebé. Él, era técnico de electrónica y tenía su propio taller. Después continuaba Nelly, la menor de todas y amiga que no olvidamos nunca. Los hermanos Enrique y Luis, más conocido como "Lito", son los que solían jugar con nosotros e inclusive fuimos compañeros de estudios en la primaria y secundaria.
Siempre los mismos: Carlos Loayza, yo, Juán Ze- gama y Julio Zúñiga. Agachados: ENRIQUE DEL PINO, Bravo, "Pucha" Abanto" y mi her- mano César Serván. ¡Guapos muchachos! |
En otra ocasión, "Goyito", que también así era conocido, ante la pregunta de Historia Universal ¿Cuántas fueron las guerras púnicas, dijo ¡Tres!. Y cuando Heraud le indagó cuales fueron? respondió con gran clase: "La primera, la segunda y la tercera". El calificativo que solía hacer Don Jorge Heraud, era por fila y un sólo representante. Teníamos que rogarle que no pidiera contestar, porque la nota que se ganaba nos afectaba a todos. Un gran amigo con una locuacidad extraordinaria. Me enteré que falleció recientemente. ¡Cuánto lo siento!
El último es Luis, el benjamín de la familia y llamado cariñosamente "Lito". En otras palabras, el engreído. Muy unido a Enrique y de gran inteligencia. Creo que hizo sus estudios en otro colegio. Reseño aquí nuestra vivencia infantil y juvenil. Como es lógico, llegada la mayoría de edad, cada cual tomó rumbos distintos y de los Del Pino Sánchez, sólo obtuve una discreta información por parte de Rosa que vivía fuera de Lima. Desde aquí, los saludo con el cariño de nuestros mejores años. Un recuerdo sincero y afectuoso. Gracias.
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