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viernes, 31 de diciembre de 2010

CARLOS, JUÁN, RAÚL E HILDA GOYA VILLAVICENCIO EN SURQUILLO. INOLVIDABLES AMIGOS.

Retornamos a la infancia, para evocar a estos cuatro hermanos que fueron mis amigos y con los que nos iniciamos en el juego de la vida. Empezaré por Carlos, el mayor de los Goya. Muy popular en la calle San Diego porque sabía jugar al fútbol como todo un fenómeno. Pequeño de estatura y era el hábil delantero del Club Ciclista Alianza Miraflores, entidad en la que probamos que no nacimos para este deporte. Nuestra camiseta era una fiel copia de la del Deportivo Municipal, pantalón corto azul y medias celestes. 

La franja roja cruzando el pecho y Carlos Goya, dribleando a su antojo y metiendo goles. Un interior muy hábil y de gran técnica. A su fallecimiento vino a despedirlo una gran masa de gente. Me cuentan que estuvo todo el contingente de viejos amigos y en especial los ex jugadores. Se hizo querer mucho y dejó viuda a Olinda, hoy muy solitaria pero reconfortada por el cariño que se le demostró a su esposo. Sus restos reposan en el viejo Campo Santo de su querido Surquillo, al lado de su adorada mamá y Raúl. 

Continúo hablándoles de Juán, el segundo Goya que también le daba al balón y jugaba en la defensa. Muy tranquilo y sereno. Radica en los Estados Unidos, formó familia y retorna de vez en cuando a visitar a Hilda, la menor de esta familia. Mis saludos para él, porque tengo la seguridad que estos recuerdos, serán vistos donde reside. Siempre hay saludos para él y en el barrio se le recuerda con mucho aprecio por los que estamos quedando, los Núñez, Zúñiga, Tapia, Carreño, Gamarra, Abanto y el popular "Gualo".

Toca el turno a Raúl, mi contemporáneo, el popular "raulete", el "chino" querido. Cuántos partidos jugamos en la cuadra y qué de destrozos cometimos. Con Rufino Valenzuela, Carlitos Loayza, Roque Cárdenas y toda la gran mancha añorada, formamos un grupo único. Compartimos la primaria en el "401" y por alguna razón siguió la secundaria en el "Eguren" de Barranco. Amigo en las playas, en los potreros de Higuereta y fijo los sábados para "el perro muerto" en el café cena del recordado Juán en González Prada.. 

Se fue sin despedirse y lloré su ausencia porque fue mi gran amigo de la infancia. Cada que retorno a San Diego, lo "veo" en la esquina. Es mi loca imaginación que me transporta en el tiempo a ese pasado único. Y llegamos a Hilda Goya Villavicencio, siempre fiel al barrio y ahora al lado de sus sobrinos. Tengo el gusto de saludarla cuando visita a mi hermana María. Ha sido su acompañante a esos encuentros en la casa de Dios, nuestra querida Iglesia San Vicente de Paul y en la que hiciéramos nuestra Primera Comunión. 

Hilda, es una hermana más y verla, es evocar a su madre Doña Florentina, esa mujer pujante y valerosa que salió al frente de su hogar al fallecimiento de Don Francisco Goya. Fuí, cuando niño, el último que vio con vida a este querido señor, que se retiró de una fiesta de cumpleaños de mi padre al sentirse mal. Nunca lo olvido. Así, a grandes rasgos, hemos evocado a los Hnos. Goya Villavicencio, pioneros en Surquillo como nuestra familia. Un abrazo a Hilda y Juán, extensivo a sus sobrinos. ¡Feliz Año 2011! Hasta pronto. Gracias.

viernes, 24 de diciembre de 2010

LA NAVIDAD EN MI SURQUILLO QUERIDO, ES ¡PURA TRADICIÓN!.

Permítanme evocar mi niñez. Nací en 1934 en la calle Leoncio Prado y en cuya casita, que aún existe, aprendí a dar los primeros pasos y decir las medias palabras para regocijo de mis padres. Más allá, en Huascar, estaba la tienda de Don Enrique Chang, querido amigo de la familia y muy apreciado por la vecindad. Con la Sra. Emilia Portilla, formaron un matrimonio perfecto. De esa unión nacieron Enrique y Carlos, dos profesionales que los llenaron de orgullo y que destacaron en el mundo de las Leyes y el Periodismo.

¡Cómo olvidar a doña Emilia! Tocaba el piano y era deleite para mis oídos. Don Enrique fue ciudadano chino y su dama, descendiente de esa raza trabajadora por parte de madre, casada con ciudadano peruano. Eran muy frecuentes las visitas de nuestras familias y, a través del tiempo, continuaron periódicamente. Quizá allí, aquel germen musical de doña Emilia, se posicionó  y brotó muchos años después. Muchas Noches Buenas y Años Nuevos, fueron celebrados con la presencia de mis padres, Barbarita y Angel. 

El tiempo pasó y de Leoncio Prado nos mudamos a la calle Carmen. Quizá tendría 5 años y también con los Morey, otra familia vecina en la misma casa, recuerdo con absoluta claridad el chocolate y el nacimiento del ahora tradicional panetón italiano. Don Manuel Migone, dueño de la panadería "La Nacional", esquina de Dante y Leoncio Prado, los hacía con la original fórmula de sus ancestros. No existían los juegos de luces que hoy disfrutamos pero sí, los farolitos chinos y los cohetecillos de la misma procedencia.

En 1940 sucedió el terremoto, hecho que comenté en anterior reseña. Quizá eso motivó que nuestros padres adquirieran el terreno de la calle San Diego, a cuyos lares llegué a los 7 años. Luego de aprender las primeras letras con mi hermana María, nos iniciamos colegialmente en "el 401" dirigido por Don Angel Fernández Dávila, apodado "el carioco" o en el otro centro escolar 4004 del "chato" Zegarra. En este último hice mi Primera Comunión y recibí una pelota de jebe como obsequio navideño. ¿Qué recuerdos!

Ëpocas del tranvía que tenía su factoría cerca a la Av. Primavera, en Recavarren, donde "gorrear" fue parte de nuestras costumbres. Mis amigos recordarán "el urbanito", una linea de Omnibus que antecedio a la 9 y que tenía su estación en la calle Dante, con mecánicos que se encargaban de su mantenimiento. Una vez mi padre, Teniente de la Guardia Civil y yo a su lado, bajamos de uno de estos vehículos y advirtió haber dejado su maletín, con el dinero destinado al pago del personal a su cargo. ¡Qué tragedia!

Retornó a la estación y, pese al tiempo transcurrido, alguien lo entregó a la administración. Feliz de esta recuperación del dinero, justo en Navidad, fue el regalo que más recordaba en vida mi padre. La honradez existía plenamente en esos tiempos. Y llegarían los "nacimientos" y "bajadas de reyes" en ese Surquillo de mi juventud y aventuras. ¡FELIZ NAVIDAD, SURQUILLO! Siempre recordando a quienes se fueron y a los pocos que hoy tenemos el gusto de ver y compartir estas evocaciones. Gracias.

viernes, 17 de diciembre de 2010

"EL CUMPLEAÑOS DE JESÚS". LA VERDADERA NAVIDAD EN EL MUNDO.

El Dueño del Cumpleaños.
Desde ya nos preparamos para saludar a Jesús, el verdadero dueño del cumpleaños de Navidad. Aquel pequeño que nació en Belén y fue adoración de Reyes y multitudes. Combatido por quienes veían peligrar sus reinados y los herejes, como los de ahora, que recuerdan a "Papá Noél" y hasta se disfrazan de él con su JO JO JÓ.. Haciéndome eco de un hermoso correo que recibí hace poco, insisto en que debemos poner atención en festejar sólo a Jesús, el Hijo de Dios. Hace 2010 años que nació y en "la noche buena" nadie se acuerda de él. Se llenan los cielos de bombardas y luminosidades. 

Todo el mundo compra juguetes y se endeuda Hay que obsequiar a los hijos, a los ahijados y también a la familia en general. ¿Y... a Jesús? ¿Alguien le regala algo? Aunque sea ¿un poco de atención? Recuerden que Jesús está vivo. A la hora de los abrazos y mientras se reparten los obsequios, alguien se pregunta ¿por qué recibo regalos? ¡No es mi cumpleaños! No tenemos la más mínima idea de que, aquel niño que creció y murió crucificado, nos regaló su religión. Y ¿qué hemos hecho en estos 2010 años que nació Jesús? Nada. Surgieron quienes dividieron la palabra de Dios y convertidos en protestantes y otras formas de alabarlo, sólo consiguieron la desunión. 

Con motivos Peruanos.
Quienes tienen la responsabilidad de ser sus representantes en la Tierra, los equivocados nada más, comprometen su nombre y nuestra querida religión se ve manchada y enlodada en extremo. Aquella prensa que critica con alevosía, es la más laboriosa en promover a "Papá Noél" y el negocio de los regalos. Quiero comentar un caso de la vida real y que pinta la hipocresía del regalo. Un muchacho que hoy ya es ciudadano, se jactaba de no creer en Cristo ni religión alguna. Se declaraba ateo desde niño. Sin embargo, llegada la Navidad, recibía los obsequios de sus padres a nombre de Jesús. 

Cada año, era el primero en posicionarse frente al árbol de Navidad. Sus pedidos, eran atendidos tal como su carta al cielo llegara a manos de Noél. Jamás dio valor a estos regalos y se perdieron en la ignorancia y el olvido. Los políticos y los "buenitos" de nuestras entidades públicas, dan chocolatadas y panetón a los niños pobres. Los empresarios gratifican económicamente y obsequian canastas a sus trabajadores. Un derroche de poder y Jesús, el dueño del cumpleaños, olvidado como todos los años en su humilde pesebre. Nadie lo viva. No le dan serenata y menos visitan su casa. 

Lindo Nacimiento.
Es recordado en los "nacimientos", se cumple en colocarlo en su cuna y nada más. Todos alaban los muñequitos, lo ingeniosos y costosos pero ¿Jesús?... ¡Nada! Es el dueño del cumpleaños que todo el mundo católico y ateo celebra, como símbolo del regalo. Porque, hay que decirlo, estamos equivocados. Toda su semana le revientan cohetes. Prohibidos o no, los tremendos artefactos pirotécnicos deslumbran los cielos y a la sociedad. Suenan los villancicos, vienen los abrazos y despiertan a los niños para ver qué les ha traído Papá Noél. Nadie habla de Jesús. Nadie recuerda que hace 2010 años nació en Belén. 

En efecto, el Redentor del Mundo, el hijo de Dios llamado JESÚS, nació un 25 de Diciembre. Se recuerda su nacimiento y es el día de su cumpleaños. Los invito a reflexionar y espiritualmente saludarlo en este su mes. Conversar con Él y manifestarle lo mucho que lo queremos. Visitar la casa de su Padre y agradecerle por habernos redimido del pecado original, gracias a su sacrificio. Este niño no quiere juguetes. Quiere Paz y que nos amemos los unos a los otros. Que todos los países del mundo se unan y erradiquen de una buena vez la pobreza. Allí está el mensaje verdadero de la Navidad. Nuestro abrazo. Gracias.